sábado, 17 de octubre de 2009

Una de piratas

A la búsqueda del tesoro
Las naves hundidas en aguas del Caribe


EFE
Cientos de naves coloniales europeas permanecen hundidas bajo las aguas del Caribe.
Iñaki Estívaliz / Elena del Castillo, EFE

18 de Septiembre de 2006

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Cientos de barcos piratas y naves de las armadas coloniales europeas permanecen bajo las aguas del Caribe, donde los gobiernos tratan de evitar expolios mientras que los aventureros buscan inversores para realizar las expediciones.

Se lanzan a la aventura

A menudo, los pecios no contienen los tesoros esperados, pues las riquezas que guardaban en sus bodegas eran productos perecederos, como alimentos, o que se deterioran con rapidez bajo el agua, como el cuero, explicó el director del Consejo de Arqueología Subacuática de Puerto Rico, Juan Vera.

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Los piratas del Caribe



Esa institución investiga actualmente en los archivos históricos unos 400 barcos hundidos en las costas de la isla caribeña, pero no sólo puede haber navíos oficiales sino muchos más que se dedicaban al tráfico de contrabando.

Actualmente hay aventureros que solicitan los permisos de extracción para conseguir dinero de los inversores, quienes a veces aportan todos sus ahorros con la esperanza de que se multipliquen con un hallazgo y después se gastan sin conseguir resultados.

Uno de los aventureros que tuvo suerte fue Mel Fisher, quien después de 20 años de búsqueda encontró en los cayos de La Florida (EU), en 1985, los restos del galeón español Nuestra Señora de Atocha, hundido en 1622.

Las piezas las vendió en las casas de subastas por 400 millones de dólares, según se calcula, pues el galeón tenía mucho oro y plata. Sin embargo, las principales firmas internacionales se niegan a subastar ya monedas del Nuestra Señora de Atocha porque se duda de su autenticidad.

Se cree que Fisher, quien murió sin aclarar el asunto, acuñó las monedas con la plata encontrada para aumentar los beneficios.

En 1986, Fisher extrajo varios objetos de barcos hundidos en Vieques, isla al este de Puerto Rico, lo que provocó la creación de la Ley de Protección, Conservación y Estudio de los Sitios y Recursos Subacuáticos de Puerto Rico.

Según esta regulación, el interesado en realizar una extracción debe presentar documentación histórica que identifique el hallazgo y demostrar que se llevará a cabo con rigor arqueológico.

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